El acto de la narración oral escénicamente implica tener la posibilidad de visualizar al público y visualizarse uno mismo mientras narra. El narrador necesita de mucha intuición, talento, cultura, sensibilidad, expresividad, lucidez, pero él se basta así mismo para establecer la relación con su público en cualquier sitio.
Ahora bien, el narrador oral para efectos de esta investigación es un adulto mediador entre los niños y el arte literario, pero un mediador que ofrece el lenguaje artístico a través de la narración de cuentos, Chambers citado por Montes (1999) dice al respecto: “Se trata de palabras sencillas organizadas en múltiples patrones narrativos; sonidos que nos preparan para lo que eventualmente encontraremos de forma impresa. Nos acostumbran a la musicalidad de la lengua; nos brindan imágenes con las que percibir sentir-pensar…” (p12)
Tales palabras sencillas están organizadas como género literario, en los cuentos. Los cuentos muestran la visión de un mundo, que invitan ala introspección así lo refiere Brasey (1999), “El cuento es un espejo mágico en el que se nos invita a sumergirnos para reconocernos. No para que nos ahoguemos en una auto contemplación estéril, como narciso, sino para que nos observemos tal como somos verdaderamente, más allá de las apariencias”.
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